27.11.10

Morir en tu cuerpo, en ese tesoro con dueño, que me emborracha y que me seduce, morir en el delirio de esos ojos tristes en el delirio de esa luz infinita que me ilumina. Que flotando entre sueños me arrastras a tu rio, una vicita hasta la vida misma, llorar y dormir bajo esa misma luna. Uno nunca sabe por quien puede vivir, uno nunca sabe por quien puede morir, uno busca en el cielo tiempos nuevos.